domingo, 30 de octubre de 2022

San Carlos de Bariloche


Circuito Chico y Cerro Campanario

Hoy lo primero era recoger un coche que habíamos alquilado para los próximos tres días. También buscamos un alojamiento en couch surfing y encontramos a Adrián, El Negro (como le gustaba queble llamaran) que nos aceptó en su casa dos noches. 

Así que lo primero fue tomarse un desayuno rico rico (otro punto positivo para el hostel), agarrar las mochilas y dirigirnos hacia el hotel donde estaba el coche. Pablo, se iba a ocupar de atendernos. Era un tío de primeras muy salao pero algo escondía... El coche tenía rayajos y marcas, que obviamente se lo hicimos saber al bueno/malo de Pablito. Ale, que es muy avispada, hizo un vídeo por sí las moscas. Total que cogimos el coche con más miedo que vergüenza, porque  Pablito bueno/malo había sugerido que con cualquier cosita había que pagar el total de la franquicia de ARS 200.000. Que gracioso Pablito. 

Total de ahí nos fuimos a recorrer algunas playas del lago Nuahel Huapi que bordea Bariloche como playa Serena o Playa bonita


Lugares para quedarte mirando horas. El Negro, nuestro couch, vivía en el inicio del Circuito Chico, así que fuimos a dejar los bartulos y a conocerle. Era artesano, trabajaba el vidrio en la Feria artesanal de Bariloche, un tio muy hippie, introvertido y buena gente. A veces las palabraa había que sacarselas con sacacorchos. La casa tenía una parcela enorme rodeada por bosque. Muy acogedora. 

Empezamos a recorrer el Circuito Chico visitando algunos de sus lugares más característicos y recorriendo sus muchas sendas y miradores. Un lugar espectacular. 






También hicimos una parada en la famosa cervecería Patagonia 24.7 donde tomamos una de sus cervezas artesanales con unas vistas inmejorables. 


Para acabar visitamos Colonia Suiza, uno de los primeros asentamientos europeos en la región, llegados de... ¡Exacto! ¡Suiza!. Es un lugar muy bonito pero estaban cerrados la mayoría de puestos y restaurantes ya que sólo abren determinados días de la semana. 




Tras ello, subimos en telesilla al Cerro Campanario donde contemplamos unas vistas panorámicas de 360° espectaculares de Bariloche y sus lagos.




Tras bajar nos dirigimos a la feria artesanal, para recoger al Negro. Tenía un cumpleaños de un amigo suyo y nos dijo sí queríamos ir. Por supuesto, no hubo duda en la respuesta. Así que allí nos fuimos. Cocinamos un pollo al disco en el fuego que no podía estar más bueno. Conocimos a muchos de sus amigos que nos trataron fenomenal. Una curiosidad que me llamo la atención, fue la manera en que cortan la "torta" (Tarta). Hacen un pequeño círculo en el centro por el que empiezan a partir los trozos. Nada simplemente eso🤷🏻‍♂️. Dato curioso. 


Después de una charla en la que Ale dio varias cabezadas,  volvimos a casa a descansar con nuestro artesano preferido.


Ruta de los 7 lagos con sorpresa

Nos levantamos no muy pronto. Hoy realizaremos la Ruta de los 7 lagos desde Villa la Angostura hasta San Martín de los Andes. Son unos 350 km ida y vuelta pero volveremos por otro camino para visitar Villa Traful. Una vez todo preparado arrancamos hacia nuestro primer destino, Villa la Angostura, un pueblo muy bonito y con encanto en el que se pueden visitar lugares increíbles como por ejemplo el Bosque de Arrayanes. A unos 10 minutos a las afueras del pueblo, queriamos hacer una parada. El motivo era ver la supuesta casa en Estancia Inalco en la que vivió Hitler tras escapar de Alemania al acabar la II Guerra Mundial. Es un lugar en medio de la carretera por el que se inicia un pequeño camino en el que hay una barricada hecha con árboles. 

Porque si muchos otros nazis como Menguleo Eichman escaparon a Sudamérica (muchos miles a América del sur y otros tantos a otras partes del mundo) con identidades falsas y viviendo en lugares inhóspitos (como era este, en aquellos tiempos)...¿Cómo es posible que su líder se suicidara con su familia en su bunker sin ni siquiera intentar escapar? Bueno, son teorías y leyendas. 

Investigadores y periodistas afirman que Hitler llegó a esta Estancia en 1947 tras utilizar las "ratlines" (nombre con el que se conocen las vías de escape de los nazis fugados). Existen testimonios de personas que años después afirmaron haberle servido, sin conocer, obviamente, la historia ni al personaje. También es sabido la simpatía de Perón hacia el régimen nazi y las facilidades que les dio para instalarse en Argentina. Hitler habria vivido casi 5 años en Villa la Angostura, para trasladarse a Paraguay, con el beneplácito del dictador Alfreso Stroessner, donde murió en el año 1971. Existió un pacto de silencio en el lugar que todavía perdura. Cada cual que piense lo que quiera. 

Vaya ladrillo que acabo de soltar... Total que accedimos a la propiedad y el estado de las casas es bastante deplorable. Están derruidas, techos rotos... 



Al subir a la carretera nos encontramos con una pareja de argentinos que también había parado y nos contó que su hija junto a unos amigos, fue golpeada y asaltada con machetes (querían quitarle la cámara de  fotos) unas semanas antes, por intentar bajar por el camino. Parece que no se quiere que sepa. 

Total que seguimos con nuestra ruta de los 7 lagos hasta San Martín de los Andes a través de paisajes de ensueño. Visitamos la mayoría de los lagos como el Lago Espejo, Correntoso o El Falkner, el que más nos gustó y donde paramos a almorzar. 






También tenemos que decir que los últimos lagos no los coges con tantas ganas como los primeros... Es alucinante, eso sí, la llegada a San Martín de los Andes a la orilla del Lago Lácar. Dimos un paseo por este bonito pueblo y volvimos de vuelta.





 Esta vez nos tomamos un desvío para visitar Villa Traful y su lago. Merece la pena visitarlo. No calculamos bien el tiempo y debido al camino de ripio de muchos kilómetros se nos hizo de noche. Llegamos a casa del Negro casi a las 11 de la noche. Fue un día intenso. Mañana visitamos la Buitrera de Bariloche!






La Buitrera

Después de desayunar y meter todas las cosas en el coche, ya que nos marchabamos de la casa del Negro, nos poníamos en camino hacia la Buitrera.  Nuestro couch nos va a acompañar hoy, ya que él, nunca había ido. El camino eran 30 km de ripio malisimo, teniendo que vadear incluso algún río. Encima con la cara de Pablito bueno/malo (el del coche) siempre sobrevolando... Llegamos allí por fin después de levantar a un hombre que volvía a su casa. 


El terreno donde se encuentra es propiedad privada, de una tal doña Quela, por lo que hay que pasar por su estancia El Desafío. Allí en su casa, te inscribes en una hoja y pagas el seguro/entrada. 1000 pesos por persona.

 La senda hasta llegar arriba es fácil y se tarda en subir y bajar unas tres horas más o menos (depende de tu ritmo). El Negro marcaba el paso. Paso rápido. Como subía el bicho. Es un espectáculo ir llegando a la Buitrera y contemplar esas torres graníticas con multitud de pequeñas cuevas, donde anidan los cóndores. Las vistas son increíbles con cordones montañosos nevados y colores variados de la tierra debido a los sedimentos. 











Vimos cóndores volar muy cerquita de nosotros con su inmensa envergadura. Existes algunas formaciones rocosas con formas de hongos muy curiosas. Dimos varias vueltas por allí, y nos encontramos una pluma de cóndor.


 

¡Son muy duras, parecen huesos! Al final, tuvimos un detalle con el Negro y se la regalamos.  No se podrá quejar. Es un lugar que nos encantó, no muy conocido para visitar en Bariloche y que recomendamos totalmente. La vuelta fue rápida y una vez nos despedimos de doña Quela arrancamos de vuelta a Bariloche. Tuvimos un susto con una rama que rozó el coche, y se nos apareció, como cualquier santo, la cara de Pablito bueno/malo. 

Una vez en Bariloche, nos despedimos y dejamos en la feria de artesanía al Negro. Han sido dos noches muy buenas las que hemos pasado con él. ¡Disfruta la pluma! 


Para acabar el día hicimos varias gestiones: comprar unos billetes por aquí, dejar las mochilas en el hostel por allá (volvemos al Hostel Nomad dos noches más. Nos gustó mucho), y como no, dejar el coche de alquiler a Pablito bueno/malo.

Como siempre Pablito parecía el tío más encantador del mundo. Al revisar el coche salió con: "oh, mira Ale. Esa raya no estaba" ¿¿Cómo??. Ale estuvo rápida y le mostró el video que había grabado el primer día y, efectivamente, esa raya estaba ahí. Pablito Pablito que nos la querías meter doblada. Pablito bueno/malo tuvo que callarse y esconder la cabeza cual tortuga y nos ofreció llevarnos al hostel y obviamente, aceptamos la oferta. Pablito, siempre te recordaremos. 

Así acababa el día. El próximo, nos lo íbamos a tomar de descanso. Que si unas compras, sesión de peluquería y de cine... Que os vamos a contar. Nos hacía falta. Nos había encantado Bariloche: paisajes hermosos, diferentes y muy buen ambiente. Y el siguiente viajaríamos hacia Mendoza, la ciudad del sol y del buen vino. Nos esperaban 17 horas de bus... ¡Ahí vamos mendocinos!






sábado, 29 de octubre de 2022

Bye Bye Chile, hello Argentina!

 Dejando Chile🇨🇱, camino hacia El Bolsón

A las 9 se abría la frontera entre Chile y Argentina. Eran 10 kilómetros desde el pueblo. Nos colocamos a la salida de pueblo por si algún alma caritativa nos levantaba. Pero no fue el caso. Así que, empezamos un paseo mañanero hasta la frontera.




Tuvimos suerte y a los 3 km nos levantó un camión que estaba trabajando por la zona. Muy majete el hombre. Era la primera vez que montabamos en camión pero no la última en ese mismo día... 

Total que pasaporte por aquí y declaración por allí y...¡Che! ya estabamos en la Argentina otra vez!

Allí mismo en la frontera preguntamos a tres chicos chilenos que si nos hacían el favor de llevarnos. El objetivo era llegar a El Bolsón. Ellos iban a pasar el día a Esquel, así que allí nos dejaron.  

En Esquel tomamos unas pizzas y nos colocamos para ver si nos levantaba alguien. En este tiempo Dani fue el recogepelotas en un partido que estaban jugando en frente. La calidad brillaba por su ausencia, la mayoría tenía un canguro en la bota. 

Nos levantó un hombre que nos llevó unos 8 km fuera del pueblo, al cruce con la Ruta 40 que llevaba a El Bolsón. Nos faltaban unos 150 km. 

A todo esto a Dani le entró un apretón, uno de estos en los que o cruzas las piernas y aprietas o aquello sale... Cruzó al otro lado, se quitó la riñonera y detrás de un pino, hizo su trabajo. 

A los 15 minutos paró un camión. Juan bajó e iba al mismo punto que nosotros. Juan era el típico camionero: tatuajes por todo el cuerpo, motero, casi 1,90, fumador... Parecía sacado de "Sons of anarchy". A los 20 km a Dani le dio un microinfarto de los suyos: ¡La riñonera!🤦🏻‍♂️🤦🏻‍♂️. Con las prisas que si en tierra esto y aquello no la cogió... ¡No podía ser verdad! En la riñonera llevaba todo: dinero, tarjetas, pasaporte...Juan nos hizo el favor de dar la vuelta y cuando llegamos allí estaba...¡La alegría más grande de todas! ¡Que alivio! Más que en el momento en que se la quitó...Juan le dio un consejo de los que nunca se olvidan: "Che, cuando vayás a cagar, la riñonera siempre al pecho" Nunca lo olvidará. Pasamos un viaje increíble. El tío era muy culto y divertido. Además nos paró en varios lugares para hacer fotos. 




Una vez en El Bolsón, Juan siguió su camino. Nosotros nos tomamos una cerveza y buscamos alojamiento. El Bolsón es una localidad con mucho ambiente y muchas zonas de ocio. 



Encontramos la Pensión Don Manuel. ¿Adivinais el nombre del hombre que la regentaba? ¡Exactoooo! Así acaba un día muy excitante y divertido.





El Bolson: el cajón del azul

Nos levantamos prontito ya que a las 8am salía el bus que nos llevaba al inicio de la senda. Caminamos hasta la plaza y aquello parecía como cuando Rick despertó, salió del hospital y solo había zombies por la calle... Era mañana de domingo y los licoretas volvían a casa tras una noche de fiesta. A las 7:45 estábamos en la parada. Muy puntuales. A las 8:10 seguíamos allí. Hasta que nos dimos cuenta que era domingo y no había buses. Empezaba bien el día. Total que fuimos a desayunar unas facturas. Parece que para Ale no era su día... Al sentarse se cayó de la silla, algo gracioso para Dani, pero no tanto para ella. 

Después de llenar la panza, nos decidimos  a hacer dedo pero tampoco hubo suerte. Así que tuvimos que coger un remis (como un taxi que hay porr acá) para llegar a la ruta. 

El treking eran como 3 horas ida y otras 3 vuelta. Los paisajes eran alucinantes alternando el río azul con puentes colgantes y frondosos bosques. 







En el camino se encuentran varios refugios y camping. En uno de ellos, en La Playita, hicimos una parada para echar unas fotos y comer algo. 




La llegada al cajón es espectacular. El agua turquesa y clara hace del entorno algo de otro planeta. 




Allí conocimos a Diego y July, dos viajeros, con los que compartimos buena charla. Después de almorzar, iniciamos la bajada disfrutando del Paseo. Casi llegando al final nos tomamos unas cervezas artesanales en un lugar muy lindo, a la orilla del río con un amigo nuevo, Gatete.



 La última subida fue matadora. Una vez en el parking, Diego y July nos acercaron a El Bolsón. Nos despedimos de ellos agradevoendoles mucho el trayecto. Por último, hicimos unas compritas, dimos una vuelta por el pueblo y nos fuimos a la casa de Manuel. Nos había encantado el lugar, una pena que al día siguiente marcharamos para Bariloche.


Llegada a Bariloche⛷️🌞

Hoy partíamos a San Carlos de Bariloche. A las 13.30h teníamos que estar en la terminal. Realizamos unas compras mañaneras, nos despedimos de Manuel, una cervecira con periódico al sol y nos pusimos en camino. 

El trayecto era corto, a las 17.00h ya estabamos en nuestro destino. Caminamos al Hostel Nomad, que nos habían recomendado nuestros amigos Judith y Jorge y la verdad que no se equivocaban. Es de lo mejorcito que hemos pisado en el viaje. En el trabajan voluntarios que tienen diferentes turnos a cambio de alojamiento gratuito. Destaca por su limpieza, zonas comunes, calidad del Wi-Fi (muy importante) y buena onda en el ambiente. 

Este ha sido un día de transición por así decirlo. Después de dejar las mochilas, hicimos gestiones como sacar dinero, unas compritas y acabamos la tarde dando un pequeño paseo por la orilla del lago Nahuel Huapi que bordea la ciudad de Bariloche. 

Es una ciudad grande con la estación de esquí más grande de Sudamérica, en el Cerro Catedral a 20 km de la ciudad. Es una ciudad joven que destaca por sus lagos, bosques y montaña y es considerada la entrada a la Patagonia argentina. Es una ciudad muy turística durante todo el año. En invierno por los deportes de montaña y en veranos por sus playas y buen tiempo. También recibe multitud de viajes de fin de curso de estudiantes. 


Aquí acababa nuestro día, aún nos esperaban cuatro más en esta bellísima ciudad.