sábado, 29 de octubre de 2022

Bye Bye Chile, hello Argentina!

 Dejando Chile🇨🇱, camino hacia El Bolsón

A las 9 se abría la frontera entre Chile y Argentina. Eran 10 kilómetros desde el pueblo. Nos colocamos a la salida de pueblo por si algún alma caritativa nos levantaba. Pero no fue el caso. Así que, empezamos un paseo mañanero hasta la frontera.




Tuvimos suerte y a los 3 km nos levantó un camión que estaba trabajando por la zona. Muy majete el hombre. Era la primera vez que montabamos en camión pero no la última en ese mismo día... 

Total que pasaporte por aquí y declaración por allí y...¡Che! ya estabamos en la Argentina otra vez!

Allí mismo en la frontera preguntamos a tres chicos chilenos que si nos hacían el favor de llevarnos. El objetivo era llegar a El Bolsón. Ellos iban a pasar el día a Esquel, así que allí nos dejaron.  

En Esquel tomamos unas pizzas y nos colocamos para ver si nos levantaba alguien. En este tiempo Dani fue el recogepelotas en un partido que estaban jugando en frente. La calidad brillaba por su ausencia, la mayoría tenía un canguro en la bota. 

Nos levantó un hombre que nos llevó unos 8 km fuera del pueblo, al cruce con la Ruta 40 que llevaba a El Bolsón. Nos faltaban unos 150 km. 

A todo esto a Dani le entró un apretón, uno de estos en los que o cruzas las piernas y aprietas o aquello sale... Cruzó al otro lado, se quitó la riñonera y detrás de un pino, hizo su trabajo. 

A los 15 minutos paró un camión. Juan bajó e iba al mismo punto que nosotros. Juan era el típico camionero: tatuajes por todo el cuerpo, motero, casi 1,90, fumador... Parecía sacado de "Sons of anarchy". A los 20 km a Dani le dio un microinfarto de los suyos: ¡La riñonera!🤦🏻‍♂️🤦🏻‍♂️. Con las prisas que si en tierra esto y aquello no la cogió... ¡No podía ser verdad! En la riñonera llevaba todo: dinero, tarjetas, pasaporte...Juan nos hizo el favor de dar la vuelta y cuando llegamos allí estaba...¡La alegría más grande de todas! ¡Que alivio! Más que en el momento en que se la quitó...Juan le dio un consejo de los que nunca se olvidan: "Che, cuando vayás a cagar, la riñonera siempre al pecho" Nunca lo olvidará. Pasamos un viaje increíble. El tío era muy culto y divertido. Además nos paró en varios lugares para hacer fotos. 




Una vez en El Bolsón, Juan siguió su camino. Nosotros nos tomamos una cerveza y buscamos alojamiento. El Bolsón es una localidad con mucho ambiente y muchas zonas de ocio. 



Encontramos la Pensión Don Manuel. ¿Adivinais el nombre del hombre que la regentaba? ¡Exactoooo! Así acaba un día muy excitante y divertido.





El Bolson: el cajón del azul

Nos levantamos prontito ya que a las 8am salía el bus que nos llevaba al inicio de la senda. Caminamos hasta la plaza y aquello parecía como cuando Rick despertó, salió del hospital y solo había zombies por la calle... Era mañana de domingo y los licoretas volvían a casa tras una noche de fiesta. A las 7:45 estábamos en la parada. Muy puntuales. A las 8:10 seguíamos allí. Hasta que nos dimos cuenta que era domingo y no había buses. Empezaba bien el día. Total que fuimos a desayunar unas facturas. Parece que para Ale no era su día... Al sentarse se cayó de la silla, algo gracioso para Dani, pero no tanto para ella. 

Después de llenar la panza, nos decidimos  a hacer dedo pero tampoco hubo suerte. Así que tuvimos que coger un remis (como un taxi que hay porr acá) para llegar a la ruta. 

El treking eran como 3 horas ida y otras 3 vuelta. Los paisajes eran alucinantes alternando el río azul con puentes colgantes y frondosos bosques. 







En el camino se encuentran varios refugios y camping. En uno de ellos, en La Playita, hicimos una parada para echar unas fotos y comer algo. 




La llegada al cajón es espectacular. El agua turquesa y clara hace del entorno algo de otro planeta. 




Allí conocimos a Diego y July, dos viajeros, con los que compartimos buena charla. Después de almorzar, iniciamos la bajada disfrutando del Paseo. Casi llegando al final nos tomamos unas cervezas artesanales en un lugar muy lindo, a la orilla del río con un amigo nuevo, Gatete.



 La última subida fue matadora. Una vez en el parking, Diego y July nos acercaron a El Bolsón. Nos despedimos de ellos agradevoendoles mucho el trayecto. Por último, hicimos unas compritas, dimos una vuelta por el pueblo y nos fuimos a la casa de Manuel. Nos había encantado el lugar, una pena que al día siguiente marcharamos para Bariloche.


Llegada a Bariloche⛷️🌞

Hoy partíamos a San Carlos de Bariloche. A las 13.30h teníamos que estar en la terminal. Realizamos unas compras mañaneras, nos despedimos de Manuel, una cervecira con periódico al sol y nos pusimos en camino. 

El trayecto era corto, a las 17.00h ya estabamos en nuestro destino. Caminamos al Hostel Nomad, que nos habían recomendado nuestros amigos Judith y Jorge y la verdad que no se equivocaban. Es de lo mejorcito que hemos pisado en el viaje. En el trabajan voluntarios que tienen diferentes turnos a cambio de alojamiento gratuito. Destaca por su limpieza, zonas comunes, calidad del Wi-Fi (muy importante) y buena onda en el ambiente. 

Este ha sido un día de transición por así decirlo. Después de dejar las mochilas, hicimos gestiones como sacar dinero, unas compritas y acabamos la tarde dando un pequeño paseo por la orilla del lago Nahuel Huapi que bordea la ciudad de Bariloche. 

Es una ciudad grande con la estación de esquí más grande de Sudamérica, en el Cerro Catedral a 20 km de la ciudad. Es una ciudad joven que destaca por sus lagos, bosques y montaña y es considerada la entrada a la Patagonia argentina. Es una ciudad muy turística durante todo el año. En invierno por los deportes de montaña y en veranos por sus playas y buen tiempo. También recibe multitud de viajes de fin de curso de estudiantes. 


Aquí acababa nuestro día, aún nos esperaban cuatro más en esta bellísima ciudad.