domingo, 9 de octubre de 2022

Puerto Natales. Torres del Paine



Hacia Puerto Natales

A quien madruga el universo le ayuda no? Pues a las 6 nos levantamos ya que teníamos que ir andando hasta la estación... Y eran 50 minutos. Menos mal que al poco de salir nos recogió un taxi y llegamos con bien de tiempo. 


El viaje duró 14 horas. Como pasábamos la frontera a Chile, cruzabamos el estrechó de Magallanes en ferry y hacíamos un cambio de autobús en Punta Arenas, el viaje no se hizo nada pesado. Fuimos con Hooney, que también se dirigía a Puerto Natales. 

Al llegar a la estación, nos recogió Víctor, un chico muy majete de couch surfing que nos iba a alojar en su casa en nuestra estancia en Puerto Natales. En su casa nos esperaba su familia, Patty, su chica; y Amalia su pequeña de casi dos años. Al llegar nos habían preparado unas riquísimas costillas. Nos acogieron como a su propia familia por lo que estamos muy agradecidos. Poco después de cenar nos fuimos a la camita ya que nos esperaban dias intensos en este bonito pueblo!


Cerro Benítez

Hoy íbamos a conocer Cerro Benítez, junto a Víctor and family, un monte a pocos kilómetros de P. Natales en el que se podía divisar el vuelo bajo de cóndores. Nos levantamos y tras ir a comprar "pancitos" (Molletes), los desayunamos con mermelada y una mezcla de atún con mayonesa. Nos pusimos en marcha hacia el cerro. La subida no era demasiado larga, pero tenía rampas empinadas que resultaron agotadoras para Patty, embarazada de siete meses,y para Amalia. Era su primer trekking! Una vez arriba, las vistas de Laguna Sofía eran espectaculares. Y además vimos uno o ningún Cóndor. Vaya por Dios. 




Tras la bajada, que fue igual de lenta que la subida, nos marchamos de vuelta a P. Natales. Fuimos a cruzar la frontera argentina, que está a 20 min del pueblo, para llenar el depósito de gasolina. Salió a 20 euros, mientras que en Chile hubiera costado 50 o 60 (prácticamente como en España). Víctor hace y vende pizzas desde su casa, por lo que compra algunos ingredientes en Argentina, como la harina. Una vez en casa, preparamos una buena tortilla de papas que les encantó. Siempre preparamos tortilla de patatas a la gente que vamos conociendo, para que sepan lo que es la verdaderamente gastronomía. Por la tarde, fuimos a dar un paseo por el pueblo y a ver el atardecer. Pasamos un gran dia!







Parque Nacional Torres del Paine

A las 7 de la mañana sonó el despertador. Nos esperaba el Parque Nacional de Torres del Paine. Nuestra idea era pasar 3 días dentro y hacer el circuito W, durmiendo con nuestra tienda en los refugios del parque. Pero los precios son prohibitivos, y descartamos la idea. Aquí lo llaman la "trampa para turistas ".

Para llegar allí, a parte de la entrada, había que pagar el autobús, que es tan caro como la entrada. Víctor nos dejó su coche para llegar, por lo que estamos muy agradecidos. El parque se encuentra a una hora y media de P. Natales. Cuando te vas aproximando, se pueden ver las impresionantes torres a lo lejos. 



Nuestra idea era hacer la ruta Base Torres, en la que llegas a la base de las torres (otra vez la casualidad). Llegamos a las 9.30h, y cual fue nuestra sorpresa, que el guardaparques, muy parecido al guardabosques del Oso Yogui, no nos dejó pasar por que el acceso a esa ruta era solo hasta las 9.00h. Que desilusión! Nos íbamos a quedar sin hacer la ruta más espectacular! Así que tuvimos que hacer otro recorrido del parque, el mirador cuernos, que no defraudó. 





Ya en P. Natales de vuelta, Víctor no se podía creer que no hubiéramos entrado y nos ofreció quedarnos una noche más para poder realizar esa ruta. 

Así que fuimos a comprar para preparar Salmón con puré de patatas que estaba riquísimo. De ahí a la cama, porque a la mañana siguiente teníamos que madrugar aún más, para llegar a tiempo al parque.


Torres del Paine: Base Torres

Y por fin llegaba el día en el que íbamos a realizar la actividad por la cual habíamos cruzado a Chile. Nos pusimos a manejar y a las 8 de la mañana estabamos en la caseta de Bubu, nombre con el que bautizamos al señor guardaparques. Esta vez no pudo hacer nada y pasamos hasta el parking donde comenzaba el sendero. Eran 11 km de subida y 11 de vuelta hasta el mirador Base Torres, en el que se hacia un desnivel de 680 metros. Es una Ruta con una dificultad física media alta. Comenzamos tranquilamente y el frío apretaba, tanto que comenzó a nevar. 

El pronóstico del tiempo no se equivocó: tiempo nublado y nieve hasta las 12, hora en que el cielo habria parcialmente. Tardamos 3 horas y media en llegar al mirador y observar las imponentes y majestuosas torres. Eso de que la fotografía no hace justicia a la realidad es absolutamente verdad. Al principio, estaban un poco tapadas por la neblina pero poco a poco fueron descubriéndose. Devoramos los bocadillos disfrutando de esas vistas y no nos cansabamos de mirar. 




Después de casi dos horas, decidimos emprender el viaje de vuelta en iniciar la bajada. Llegamos al coche tras otras tres horas y media. Había merecido la pena retrasar el viaje un día más para poder llegar allí arriba. 

Una vez en casa, Víctor nos preparó un súper sandwich de churrasco y nos tomamos unas cervecitas para celebrar estos días con ellos y así despedirnos. Estamos muy agradecidos con Víctor y su familia por como nos han tratado. Esto es viajar: conocer a gente local, compartir, conocer, vivir y transmitir. 


Nos metimos en la cama agotados. Nos esperaba un viaje a nuestro próximo destino: El Calafate y el glaciar Perito Moreno.